lunes, 16 de diciembre de 2013

Uniones
 
Podemos unir los metales de forma fija mediante uniones desmontables .
 
Las uniones fijas se realizan por medio de remaches, pegamentos o soldaduras.
 
El pegado y el remachado se utilizan para metales de poco espesor.
 
La soldadura de estaño requiere el uso de un soldador, que calienta las piezas a unir y el estaño hasta que se funde; cuando este metal se solidifica, las piezas quedan unidas. La soldadura podemos utilizarla con metales como el cobre y el latón, pero no con el aluminio.
 
Para realizar uniones desmontables, existen tornillos y tuercas y pasadores.
 
Los tornillos y las tuercas son de formas y tamaños variados. Generalmente se usan con ellos arandelas, para conseguir una unión más fuerte las uniones de los tornillos con las tuercas se aprietan con llaves fijas.
 
Los pasadores se introducen en un orificio común de las piezas a unir. Pueden ser cónicos, planos o cilíndricos
 
 
Tratamiento de los metales
 
Los metales pueden ser tratados para protegerlos frente a la corrosión o para mejorar su aspecto.
 
A los metales que se oxidan fácilmente se les aplica una pintura antioxidante especial (óxido  de plomo), sobre la que se da la capa de pintura definitiva. También se utiliza el cincado (baño de cinc), sobre todo en chapas expuestas a la intemperie, y la galvanización (electrolisis del cinc sobre el acero) para obtener aceros galvanizados resistentes a agentes atmosféricos.

 
Para mejorar el aspecto de algunas piezas (aceros, generalmente), éstas se cubren de una capa superficial de óxido abrillantado, color azulado o negro, que se conoce como pavón. Esta operación, denominada pavonado, se realiza por ejemplo, sobre las armas de caza, para evitar su corrosión.
 
Otro de los tratamientos utilizados para mejorar el aspecto es el cromado, que consiste en depositar una fina capa de cromo metálico sobre un metal. Se suele aplicar a la grifería doméstica, por ejemplo.
 
 
Reciclaje
 
 
Los productos férricos son muy valorados para el reciclaje, porque ahorran mucha energía en comparación con su producción a partir del mineral de hierro. Estos materiales suelen formar parte de automóviles, electrodomésticos, envases... Al ser magnéticos, se localizan entre la basura por medio de imanes, por lo que son fáciles de recuperar.
 
Los metales no férricos se buscan con interés para su reciclaje, por ser metales costosos, como el platino de los circuitos electrónicos. Su recuperación de los productos desechados puede ahorrar mucha energía (hasta el 95%, en el caso del aluminio). Sin embargo, la separación de estos metales de la basura es difícil y requiere técnicas complejas.
 
En el  taller aprovechamos los productos metálicos en desuso para trabajar con ellos.



 

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